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Presencia del familiar durante la resucitación cardiopulmonar (RCP) en la sala de emergencias

La Asociación Americana del Corazón y muchas otras organizaciones relacionadas con la salud recomiendan la presencia del familiar durante RCP. La presencia se convierte en una oportunidad para proporcionar apoyo físico, emocional y orientación a los familiares de los pacientes. Esto se traduce en mejor calidad de servicios. El desarrollo de protocolos y entrenamiento del personal validarán esta tan importante práctica en las salas de emergencias locales.


María Ramos-Fernández, MD, MSc, FACEP

María Ramos-Fernández, MD, MSc, FACEP
Especialista en Medicina de Emergencias
(Hospice and Palliative Medicine Fellowship)
Directora, Programa de Residencia en Medicina
de Emergencia de la UPR-RCM

El concepto de resucitación presenciada por familiares comenzó en la década de 1980 y se ha convertido en una práctica aceptada en muchos países. La Asociación Americana del Corazón y muchas otras organizaciones relacionadas con la salud recomiendan hoy en día esta práctica.¹ El propósito es proveer a los pacientes y sus familias una experiencia adecuada en un ambiente controlado y facilitado por el personal. Esto es consistente con la filosofía de cuidado centrado en el paciente. El cuidado centrado en el paciente comprende un cambio en los parámetros de cuidado donde se comparte la toma de decisiones entre el médico, el paciente y los familiares. Las principales necesidades de la familia son el contacto con el ser querido, el conocimiento del estado de salud, del tratamiento y del pronóstico del mismo. La presencia del familiar durante la reanimación o resucitación se convierte entonces en una necesidad esencial. Sin embargo, este tema sigue causando bastante controversia en el ámbito hospitalario.

Percepciones negativas

Estudios sobre la percepción de los proveedores de salud demuestran que el personal es bastante escéptico ante la presencia del familiar. Estos se preocupan por el estrés que pueda generar en el equipo a cargo del paciente, trauma que pueda ocasionar al familiar o reclamaciones médico-legales que puedan surgir, entre otras cosas. Estas percepciones negativas han sido estudiadas en los años pasados y no se ha encontrado que sean válidas. Las percepciones negativas se sobrellevan una vez que el personal es adiestrado y expuesto al proceso.²,³

Evidencia positiva

Algunos profesionales de salud consideran la presencia del familiar durante las maniobras de resucitación como una oportunidad para proporcionar apoyo emocional y orientación a los familiares de los pacientes. La presencia de la familia incrementa la comprensión de la severidad de la situación, favorece la toma de decisiones acerca de la resucitación con base en la calidad de vida y facilita el proceso del duelo. Otros estudios demuestran que los familiares que participaron, lo volverían a hacer y los familiares que decidieron no participar apreciaron grandemente la oportunidad.²-⁴

Necesidad de un protocolo

Se recomienda que el personal de sala emergencias –entiéndase médicos, enfermeros y terapistas– sea educado y adiestrado sobre el tema. Luego se debe desarrollar un protocolo que atienda las necesidades de los pacientes, la familia y del personal. El protocolo debe ser discutido y aprobado tanto por los supervisores como por el personal involucrado. Hay situaciones en las cuales no se debe activar el protocolo, como por ejemplo:

  • En situaciones de trauma severo; y
  • En presencia de familiares alterados o intoxicados.

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Conclusión

  • La cercanía y la información son las principales necesidades de familiares en escenarios estresantes como la RCP. La presencia se convierte en una oportunidad para proporcionar apoyo físico, emocional y orientación a los familiares de los pacientes, lo que incrementa la comprensión de la situación y disminuye la incidencia de reclamaciones;
  • Las percepciones negativas referidas están relacionadas con la falta de formación e información sobre la importancia de dicha práctica, la persistencia de políticas de visitas que restringen los ingresos de los familiares a nivel hospitalario y el desconocimiento de la evidencia encontrada o guías internacionales que avalan y que sustentan esta intervención; y
  • Aunque la presencia del familiar durante la RCP ha sido evaluada y los consensos la avalan, es necesario realizar protocolos e investigaciones de tipo experimental que permitan validar esta práctica en nuestro entorno.

Referencias

1. Guidelines 2000 for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Part 2: ethical aspects of CPR and ECC. Circultion, 2000. 102(8 Suppl): p. I12-21. 2. Critchell, C.D. and P.E. Marik, Should family members be present during cardiopulmonary resuscitation? A review of the literature. Am J Hosp Palliat Care, 2007. 24(4): p. 311-7. 3. Jabre, P., et al., Family presence during cardiopulmonary resuscitation. N Engl J Med, 2013. 368(11): p. 1008-18. 4. Jabre, P., et al., Offering the opportunity for family to be present during cardiopulmonary resuscitation: 1-year assessment. Intensive Care Med, 2014. 40(7): p. 981-7.