Temas de Interés / Motivando
Redefiniendo nuestro propósito
El éxito de una persona está fundamentado en el por qué hace las cosas, en su propósito. Este es el motor que nos mueve, con un significado, una dirección y con una visión. Ese propósito alimenta nuestro espíritu, nos da esperanza y fortalece nuestra confianza para seguir adelante; nos ayuda a identificar a las personas correctas que creen en nuestros sueños y quieren acompañarnos a conquistar la visión que queremos alcanzar.
Cuando tenemos propósitos tenemos compromisos. El compromiso es el pacto con nuestros sueños. Es la batería que nos da la energía para seguir, es asumir responsabilidad y administrar los eventos y las actividades que tenemos que generar para convertir un sueño en realidad. El compromiso genera una pasión, porque alimenta nuestra vocación. Esa vocación se mantiene firme cuando conocemos lo que nos apasiona, lo que nos mantiene entusiasmados, lo que nos ayuda a definir lo que queremos para nosotros y para nuestra familia. Esa vocación se fortalece cuando reconocemos nuestras habilidades y nuestros dones, nuestros talentos, y cuando la ponemos a disposición de nuestra gente para que ellos también puedan alcanzar sus sueños. Para lograr nuestro propósito tenemos que enfocarnos –de una manera específica, como si fuera un rayo láser que está apuntando– en definir lo que hay que hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y con quién. Enfocarnos nos ayuda a conquistar nuestro destino, nos facilita el proceso de conquistar nuestros sueños. Tenemos un solo destino y es conseguir una vida balanceada, donde podamos fortalecer nuestras cuatro inteligencias, la física, la mental, la emocional y la espiritual.
Fortalecer estas cuatro inteligencias nos ayudará a balancear y a desarrollar nuestras relaciones, con nuestras familias, nuestros amigos y nuestros asociados.
Hoy es un buen día para definir con qué estamos comprometidos, cuál es nuestro propósito, cuál es nuestra visión y cuál es nuestro destino. Contestar las preguntas que siguen es un buen ejercicio para abrir el paracaídas de la mente. Un paracaídas cerrado no funciona; para poder utilizarlo hay que abrirlo. La mente es igual: cerrada no funciona, hay que abrirla. Hay que creer en nuevas posibilidades, creer que hay un mejor futuro, creer que lo mejor de la vida viene de camino, que existen los recursos para desarrollarnos, física, mental, emocional y espiritualmente.
Analizar y contestar estas preguntas puede generar expectativas positivas, entusiasmo, alegría y emociones que nos podrán elevar a otro nivel. Debemos motivarnos y despertar los sueños que han estado dormidos por años; debemos movernos y actuar.
De ese modo, mientras otros estén hablando de problemas uno estará hablando de soluciones. Mientras otros estén hablando del pasado, uno estará hablando del futuro. Mientras otros estén enfocados en la crisis, uno estará enfocado en las oportunidades.
Tenemos dos opciones: o asumimos responsabilidad con nuestro futuro o esperamos que las crisis definan nuestro destino. ¡Cada uno decide!