Trastorno de comportamiento obsesivo compulsivo
Lelis L. Nazario, MD
Especialista en Psiquiatría de
niños y adolescentes
Profesora Asociada
Departamento de Psiquiatría,
Universidad de Puerto Rico
Incidencia
Las estadísticas reportan que alrededor del 2% de adultos en los Estados Unidos padecen de OCD, lo que representa unos cinco millones de personas, de los cuales un millón son niños o adolescentes. En los jóvenes, se manifiesta en promedio a los 9 años. Cuando la manifestación es temprana, OCD ocurre más en varones.
Manifestación
OCD se suele manifestar con obsesiones y compulsiones descontroladas que causan ansiedad. En algunos casos, se puede presentar solo con una de las dos.
Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos que vienen a la mente sin control, una y otra vez. Se describen como ideas que no se quiere tener, intrusas e inquietantes. Están asociadas a sentimientos de miedo, disgusto o duda, o a la sensación de que las cosas se tienen que hacer solamente de una manera en particular.
Las compulsiones son actos o rituales que se repiten una y otra vez, y que no tienen más propósito que el de disipar la ansiedad que las obsesiones generan. Muchas veces, estos actos siguen reglas particulares y son incómodos. Uno de los ejemplos más reconocidos es el paciente que se lava las manos constantemente, por miedo a la contaminación con gérmenes.
Las obsesiones y compulsiones pueden traer gran dificultad, ansiedad y frustración a la persona. Puede demandar tanto tiempo y energía que los pacientes no cumplen con sus tareas del hogar o no tienen tiempo para su vida social. Las más comunes en niños y adolescentes son miedo a la contaminación o a enfermedades, fijación en números de buena o mala suerte, miedo a intrusos, necesidad por la simetría y dudas excesivas.
Las compulsiones más comunes son limpiar o lavarse las manos, ducharse, contar o repetir objetos o frases, tocar paredes o mesas, organizar o arreglar en un orden en particular, cotejar luces o puertas, preguntar repetidamente y coleccionar o almacenar objetos viejos o basura.
A veces, por vergüenza, el paciente hace un gran esfuerzo para esconder los síntomas y mantenerlos en secreto, insistiendo en que no hay problema cuando se le pregunta al respecto. Otras veces, las familias se adaptan y llegan a tomar parte de sus rutinas o comportamientos.
Tratamiento
Gracias a los adelantos científicos, existen varias alternativas de tratamiento. Las más efectivas incluyen terapia de modificación de conducta (exposición) y/o medicamentos. Lo ideal para obtener el mejor resultado es combinar ambas formas. La terapia conductual tiene como meta lograr que el paciente rompa la conexión entre sus miedos y las compulsiones.
Entre los fármacos, se podrían considerar los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o SSRI’s (fluoxetina, paroxetina, sertralina, fluvoxamina, citalopram) y clomipramina. Estos medicamentos buscan a aumentar los niveles de serotonina en el cerebro.
Comentario
El tratamiento debe enfocarse considerando la presentación particular en cada individuo y sus necesidades.