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Tratamiento de VIH:

Una revisión sobre los medicamentos disponibles

Marisel Bosques, MD

Marisel Bosques, MD
Centro Ararat, Inc., Puerto Rico

Aunque ya viene estando presente en el espectro de condiciones crónicas por 4 décadas, sigue siendo importante entender lo que significa el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). A continuación, y a modo de repaso, exponemos las características más importantes de las formas de tratamiento disponibles, y de qué manera impactan la vida y la salud de las personas diagnosticadas con VIH que los utilizan. Sabemos que el VIH es un retrovirus que afecta negativamente el sistema inmune del cuerpo, al atacar las células CD4 que son esenciales para combatir infecciones y ciertos tipos de cáncer. Los medicamentos conocidos como antirretrovirales sirven para proteger de las consecuencias del VIH a los pacientes en tratamiento.

Categorías de los fármacos utilizados para el tratamiento de VIH

Al inicio de 2018 disponemos de 42 medicamentos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento del virus de inmunodeficiencia humana.

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Hay múltiples fármacos dentro de cada grupo, pero la mayoría de las personas toman una combinación de tres medicamentos diferentes. A veces, se les combina en una o en dos pastillas, eliminando la necesidad de consumir muchas tabletas en un día, lo que facilita el tratamiento y, por ende, la adherencia.

En adición, los regímenes de tratamiento que se utilizan en la actualidad son menos tóxicos que los que se utilizaban en el pasado.

Metas del tratamiento antirretroviral

Generalmente, al iniciar la terapia para el VIH, tanto el médico como el paciente deben tener claros sus alcances y beneficios. Es vital comprender las metas del tratamiento para mantener la condición en control. Los objetivos principales son:

  • Suprimir la replicación del virus de VIH. El objetivo es no tener virus detectable en la sangre por el mayor tiempo posible. A este nivel, el virus está esencialmente “apagado”;
  • Preservar opciones futuras de tratamiento. Esto significa que haya medicamentos disponibles en caso en que se desarrollen efectos secundarios o resistencia a algún medicamento;
  • Restaurar la función inmune (medida por el conteo de células CD4). La reconstitución de este sistema protege al paciente de infecciones, en particular si su nivel de conteo previo al tratamiento es menor de 200 células;
  • Prevenir la transmisión de VIH a otras personas. Un tratamiento exitoso disminuye el riesgo de transmitir el virus al feto durante el embarazo y elimina la transmisión sexual a una pareja que no está infectada;
  • Proveer un régimen de tratamiento que suprima el VIH, pero que también sea amigable para el paciente en términos de tolerancia y preferencia (por ejemplo, número de pastillas, tamaño de pastillas, y frecuencia de administración); y
  • Mejorar la calidad de vida, a nivel general.

Una vez que se inicia el tratamiento contra VIH, se vuelve necesario continuarlo todos los días por el resto de la vida. El VIH puede empeorar si se omite alguna dosis del régimen o si se abandona el tratamiento. Además, tomar los medicamentos de manera inconsistente puede causar resistencia, lo cual eventualmente limita el número de fármacos efectivos para mantener la enfermedad controlada.

Conclusión

El uso adecuado de estos medicamentos permite que la persona que vive con VIH mantenga su sistema inmune fuerte y permanezca saludable por muchos años. Además, un tratamiento apropiado es crucial como método de prevención.

El 27 de septiembre de 2017, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) emitió declaraciones históricas al respecto: “Los avances científicos han demostrado que la terapia antirretroviral (TAR o ART) preserva la salud de las personas que viven con VIH. También hay pruebas sólidas acerca de la efectividad de la prevención de la TAR. Cuando la terapia antirretroviral resulta en supresión viral, definida como menos de 200 copias/ml o niveles indetectables, esta previene la transmisión sexual del VIH. Por medio de 3 estudios diferentes, incluyendo a miles de parejas y muchos miles de actos sexuales sin utilizar protección (condón) o profilaxis de preexposición, no se observó transmisión de VIH a una pareja seronegativa cuando la persona seropositiva estaba bajo supresión virológica. Esto significa que las personas que reciben una TAR diariamente según lo prescrito y que logran mantener una carga viral indetectable, en efecto, no tienen riesgo de transmitir el virus sexualmente a una pareja VIH-negativa”.

Esta cita es contundente, pues contribuye a la eliminación del estigma social y personal que ha permanecido latente durante cerca de 40 años. Tengamos presente este progreso que la ciencia y la medicina han logrado para cambiar nuestra perspectiva sobre el significado de vivir con VIH.