Virus de influenza (2019-2020):
Educación, prevención y control
Ante del inicio de los meses de otoño e invierno, año tras año debemos recordar la importancia de la prevención y del control del virus de influenza.
Esta es una enfermedad contagiosa adquirida por la vía respiratoria, por contacto de persona a persona, causada por dos tipos de virus de influenza (gripe): A y B. Esta condición puede tener manifestaciones clínicas desde las más leves hasta complicaciones severas que pueden llevar a hospitalización e, inclusive, a la muerte de pacientes con factores de riesgo. Estos pueden ser la edad, enfermedades respiratorias crónicas (asma, COPD, entre otras), cardiacas, renales, endocrinológicas (diabetes), obesidad (BMI sobre 40), gestación y pacientes que requieren cuidados especiales.
Las manifestaciones clínicas en su forma menos complicada son fiebre de forma inmediata, malestar general, mialgias y dolor de cabeza. Además, están los síntomas relacionados con el tracto respiratorio alto como dolor de garganta, secreciones nasales y tos no productiva, los cuales pueden persistir o mejorar en menos de una semana. Otras complicaciones más severas pueden ser la pulmonía causada por bacterias de forma primaria o secundaria a la infección por el virus, o ambas. En estos casos, es importante el seguimiento y vigilancia de la persistencia de síntomas respiratorios.
Educación
Como profesionales de la salud nos corresponde leer, actualizarnos sobre la condición, los cambios o mutaciones del virus, las tendencias locales y los cambios desde un punto de vista epidemiológico, así como educar a nuestros pacientes acerca de que la vacunación previene la infección y propagación del virus en su forma más severa.
Además, debemos educarlos y orientarlos sobre las características de las distintas condiciones respiratorias para que no confundan una rinitis alérgica causada por alérgenos ambientales con una infección por influenza.
Cambios en 2019
El virus de influenza puede generar cambios que modifican su capacidad de infección y resistencia, por lo que anualmente se adecúa la vacuna a los tipos de virus más comunes que se espera en el año.
- Tipo A (H1N1) pdm09, actualizado de
A/Michigan/45/2015 (H1N1) pdm09 a
A/Brisbane/02/2018(H1N1) pdm09; - Tipo A(H3N2) actualizado de
A/Singapore/INFIMH-16-0019/2016 A(H3N2) a
A/Kansas/14/2017(H3N2); y - No hubo cambios en dos componentes B/Victoria y B/Yagamata de 2018 para 2019-2020.
Todas las dosis de vacunación para influenza serán en esta temporada cuadrivalentes. El crecimiento de los 4 virus se da en células y no en huevos. Según el CDC, esto ofrece mayor protección por tener estos virus mayor similitud con los virus circulantes. En octubre de 2018, la FDA aprobó Afluria y Xofluza y, en enero de 2019, hizo ajustes de dosis en Flozune.
Prevención
Aún con estos cambios y alternativas, sabemos que el tiempo de manifestación, la severidad y la persistencia pueden variar de temporada a temporada. Por esto, no se debe subestimar el potencial daño de la influenza. Además de la vacunación, se deben tomar precauciones para detener la cadena de propagación, como mantener distancia frente a pacientes con síntomas sospechosos, lavarse las manos, desinfectar áreas de contacto y, en el caso de personas con factores de alto riesgo, vacunarse anualmente. Al viajar a regiones de alta incidencia se recomienda corroborar en las páginas de CDC cómo está la actividad del virus en la zona.
La influenza ha persistido por siglos, así como su capacidad de causar daños severos y hasta la muerte. De igual manera, debemos continuar con el mensaje más importante en la salud: “Prevenir para no tener que remediar”.
Referencias
- “Centers for Disease Control and Prevention” https://www.cdc.gov